Muchuak?

Tuesday, December 19, 2006

(Posible final)

¡Muerte al kitsch! ¡Viva la mierda! ¡Viva la vida!

Entrando al Kastillo

Usar la noche como protección de las miradas furtivas del enemigo y además vestirse de negro para aprovechar al máximo este accidente de la naturaleza es un terrible cliché. A nuestros héroes no se les escapó esto, y actuaron en consecuencia. A plena luz del día, vestidos de pies a cabeza de blanco, recién bañados con jabón blanco y habiendo tomado un reglamentario vaso de leche.

S. le corta las manos al Manco cuando este debido a que se dejó influenciar por el léxico de K. trata de sabotear su plan usando una PC para avisarle a K. y sus secuaces sobre lo que estaban haciendo. S. agarra una sierra eléctrica que había por ahí y le corta las manos y destruye la PC

(capitulo casi sin escribir)

Entrélogo Ñ

Tal vez sea que milan julio y julio fueran amigos, pero todos juntos en el mayo francés en Praga, y tal vez sea que los temas de julio y milan sean totalmente coincidentes, pero ay, porque su estetica tan dialecticametne opuesta que me hace ir y venir de la perfecta simpleza al perfecto ornamento. Los dos con esteticas tan opuestas pero con los mismos planteos existenciales, tan importantes en lo que hace al conocimiento de la novela según Milan, pero entonces tan iguales que tan distintos. Y es que me hacen ir y venir, ir y venir, venir venir ir ir, o sea no vengo ni estoy yendo, pero si en constante movimiento.
(capitulo sin terminar)

El retrato de un perfecto villano

Sentado en su bañadera, K. disfruta de un baño de leche. Le grita a sus lacayos. Vocifera ordenes de una manera napoleónica. Lo cierto es que K. ni siquiera es petiso como para tener la necesidad de ser napoleónico. Su mirada es siempre maliciosa, muy apropiada para un perfecto villano, pero lo cierto es que K. no es muy creativo. Dominar el mundo, un baño de leche, abusa de su sequito... y bueno ¿qué esperaban de un Administrador de Empresas? ¿Originalidad?
Así es como K. disfrutaba de los instantes previos a su coronación como Rey y Emperador Absoluto del Mundo.
Y el villano silba y silba. Silba una cancion de victoria.

Entrélogo 1/0 (puesto en la calculadora*)

Porque en parte los quiero un poco mucho por haber fallado tan miserablemente en su intento, por eso entonces quiero adoptar algunos métodos surrealistas. Entonces es que agarro todos los nombres de los capítulos, hago una lista, y después corto cada uno de sus nombres. Los tiro al aire, después los meto en una bolsa y ahí empiezo. Uno por uno a sacar los nombres y a ver en que orden quedan en la novela los capítulos. Pero como lo que sale no me gusta lo vuelvo a hacer un sin fin de veces, hasta que me queda tal cual lo quería. Y así presento mi pequeño tributo a los surrealistas, torciendo sus métodos hasta lograr la aleatoriedad deseada. Al igual que ellos.

*Científica preferentemente.

El Manco dixit

Estas son algunas conversaciones que el Manco tuvo con S., grabadas por el servicio secreto de K., pero como hacerle mala publicidad es al fin y al cabo publicidad y la publicidad vale su peso en oro, ya te ves.
-Si, mi autor favorito es Cortazar,-decía el Manco- porque si te fijas el tipo sabe que la revolución es pura joda...
-¿Cómo?- preguntaba S. un poco sorprendida ante la repentina “sinceridad” del Manco.
-Claro, porque el tipo fijate, le pone a un grupo de revolucionarios, así como te digo: La Joda. Te digo la tenía bien estudiada la cosa. Vení, vamos a sentarnos por allá a tomar algo que acá no se puede estar tranquilos. Martini ¿batido o revuelto?
Y cuando S. pasaba El Manco le tocó el culo...
-Si no sabes donde meter esa mano te la voy a terminar cortando
-¿Cuál de las dos?
-Si tengo que, las dos.
Otro tema
-Yo te digo, mi culpa no fue- insistía El Manco. Digamos... es verdad que yo puse la bomba, pero el local quedaba vacío a la hora que explotaba. Vos agarrás, la pusiste en un lugar donde no va a haber personas. El negocio, un símbolo del capitalismo, donde compra todo el jet set, las estrellas de cine, futbolistas exitosos, modelos, y claro uno no calcula que con la guita que tienen se terminan afanando tu bomba y termina estallando en un embotellamiento. Chau limusina, estrella de cine, cuerpos por todos lados. Y en las noticias el malo soy yo. Y son ellos los que producen hordas de estrellas de cine cleptómanas.
Los zombis no terminaban de decidirse si hablaban en clave:
-Mirá S. no entiendo que es eso de que me tenés de algún lado. Que se yo, una fiesta, tendremos amigos en común, te hago acordar a alguien, algún famoso se me parecerá...

Romina

Cuando Romina llegó K. ya había planeado su estrategia. Basta señalar que si inicialmente se había sentado mirando hacia la puerta, cambió de lugar para que, al darle la espalda a la puerta, Romina se viera obligada a buscarlo. Era una chica atractiva, y me voy a limitar a señalar solo esto, porque es lo único que me interesa que tengan en mente respecto a ella (para descripciones minuciosas siglo XIX)
-Estas divina
-Lo decís porque querés algo- interrumpió sonriendo, pero no sin dejar en claro su desconfianza.
-Todos queremos algo; yo ese anillo que encontraste, y vos acabas de dejar en claro que querés algo a cambio.
-Sobre todo quiero saber porque tanta alharaca con este anillo, porque primero tenés que probarme que te lo tengo que dar...
Gestos. Frases. Sonrisas. Las palabras que son como soldados a las órdenes del general K., todo un Napoleón del siglo XXI, seguro de que no existe su invierno ruso. Se toma su tiempo y entre dos cafés le cuenta una historia bonita de porque el anillo, porque ahora y algo verosímil, porque la verdad nunca sirve.
-Igual... todavía no entiendo por qué es que querés tanto este anillo.
-Es que lo esencial es invisible a los ojos.
Pausa. Seguramente van a saltar unos cuantos fanáticos del Principito a decir que esa es una hermosa frase, de una hermosa obra de la literatura, y que no esta bien incluirla en una novela-catalogo de lugares comunes. Pero déjenme decirles una cosa: lamentablemente incluso las cosas bellísimas pueden terminar siendo un lugar común (además de señalar que gracias a eso es que el arte avanza o se mueve cambia o muta, o como quieran señalarlo) Que se le va a hacer che, c’est la vie.
Y déjenme decirles, queridos lectores, esto K. lo tiene bien sabido. Y además tiene una forma de hablar tan kitsch, tan efectiva con una chica tan romántica como Romina, que apesta (a todo esto a lo que apesta).
Play.
-Ay, yo debo ser una tonta, pero me encanta ese libro.
-¿Qué libro?- soltó K. siempre manejando los tiempos de la conversación.
-Dale no te hagas, me encantó El Principito a mi.
-Si, lo leí- le sonreía K., sabiendo que las cosas ya estaban mas que encarriladas.-Romina hagamos así: el viernes te llamo a tu celular para ir al cine y charlar del Principito con mas tiempo y mas tranquilos, y de paso me traés mi anillo.
Transacciones de teléfonos, un café mas, algunos piropos, sonrisas, chau nos vemos el viernes, te llamo a las seis.

En el bar, otra vez

Hay aspectos interesantes en la dinámica de la relación Villano-Secuaces. Pero si hay un aspecto que puede resaltarse por sobre el resto, es que, necesariamente, el villano es mas inteligente que sus secuaces. Esta es una característica que se prueba siempre muy feliz para nuestros héroes y sus compañeros (en el caso particular de nuestra historia sería nuestra heroína y sus camaradas). Así, el grupo de la Resistencia pudo volver al bar, a los zombis no les pareció que había que buscarlos ahí.
S. no podía dejar de recordar al Manco pronunciando ‘Muchuak, idiotas’. Sabía que lo había dicho en tono paródico, pero el recuerdo le dejaba un gusto que no le gustaba (¿podrá decirse un nogusto?) Había que pensar en otra cosa, se decía S. ¿bajo qué fundamento, salvo este nogusto, es que ella desconfiaba del Manco?
Para dispersar su mente prendió la computadora y se puso a jugar al Solitario y al Buscaminas. Al pasar un rato llegó Cíclope, y se le puso a hablar sobre no-sé-qué, a lo que S. ni podía prestarle atención ya que estaba tratando de no prestarle atención a lo que anteriormente ya tenia en la cabeza y no quería prestarle atención. En eso cayó cuatro ojos con una caja de Tamagochis, “porque cuando ataquemos el Kastillo vamos a tener que estar armados hasta los dientes”.
(capitulo sin terminar)

Friday, September 08, 2006

Entrélogo 2

En decimotercero lugar quería señalar que el orden me tiene sin cuidado. No llevaba número el primer entrélogo porque no quería que ustedes supieran que iba a haber mas de un entrélogo. Habiendo aclarado esto voy a ir subsecuentemente aclarando mas cosas. Este entrélogo iba a ir antes del entrélogo numero 3, pero uno no anda cambiándole los nombres a sus hijos porque uno nació antes que el otro, imagínense que pasaría si fuéramos así. Probablemente lo que le paso a Dalí. Pobre tipo, se llamaba igual que su hermano mayor muerto. Bueno en realidad el caso es distinto, pero para mi que se parece lo suficiente como para temer por estos entrélogos. ¡Esperen! Ahora que lo pienso debería cambiarles los nombres, porque eso haría de mis entrélogos brillantes artistas. Las ideas se me mezclan, mejor dejo de pensar por un rato.

Entrélogo 3 / Diccionario de términos usados por K. para su conquista del mundo

Ahora, yo intuyo que a ustedes les cuesta entender que el plan de K. sea tan peligroso como yo les afirmo. Es el amigo Friederich el que dijo que cambiando la forma de decirle al mundo cambia el mundo. Ustedes aún desconfían, y me parece que esta bien, desconfíen, pero por sobre todas las cosas no dejen que K. les cambie el mundo, porque ese es el mundo en donde K. es rey, y vaya uno a saber que atrocidades pueden resultar de un administrador de empresas como amo supremo.

Este diccionario, mas que un diccionario es un catalogo diría, porque casi no les voy a definir que quieren decir estos términos. Por un lado se debe a que ni yo estoy muy seguro de que es lo que realmente quieren decir , y por el otro lado una definición, les ruego me disculpen estimados lectores, pero las definiciones y yo, yo y las definiciones. Imaginen que yo definiéndome por una definición... no, definitivamente eso no va a poder ser. mas bien entonces, simples delineamientos de que pueden querer llegar a decir, o cual es su uso.

Larala: Su uso mas frecuente es cuando K. se hace un embrollo con las palabras. Para no seguir diciendo sandeces se interrumpe con un "larala", y chau, a otra cosa. Esta es claramente una que no fue muy útil. Mas bien fue la que lo hizo quedar muchas veces como un ente que emite sonidos sin sentido.

Dransilar: Es un estado de trance profundo, que te mete en un plan vagabundo.

Cochi: Una palabra terriblemente estúpida. Si por una razón S. es la heroína, se debe a que en mi, vuestro humilde narrador S. despierta simpatía debido a este tipo de puntos en los que estamos de acuerdo. Cochi quiere decir algo así como "que tierno".. es re cochi. Como decía, estúpido.

Muchuak: La nave insignia de la flota. no es mas que una onomatopeya para un beso. ¡Pero señores, no sean ciegos! Esta no es cualquier onomatopeya, es LA onomatopeya. Definitivamente una arma de destrucción masiva (de neuronas).

Para no volver esto una clase de terminología K., y porque no se me ocurren en este momento mas palabras, suspendo por el momento el diccionario-catálogo. Tampoco soy un fanático del orden alfabético. Mas palabras en algún otro entrélogo.

Friday, September 01, 2006

La búsqueda del anillo

Incluso cuando K. le tenía un gran cariño a los lugares comunes, puesto que eran su mas preciada arma, habían algunos que incluso a él lo superaban. Uno de estos era “empezá a buscar en el último lugar que te acordás que estaba”. Si me acordara lo habría encontrado. No acordarse donde pusiste algo no es haber perdido algo, es ser estúpido y tener mala memoria. En esta línea se desarrollan los pensamientos de K. con respecto a este tema.
La perdida viene acompañada de una anécdota que se resumiría en unas pocas acciones. Uno va caminando felizmente, con su anillo puesto en la mano. Es que en el balanceo rítmico de los brazos el anillo se engancha en una arandela, en un ganchito, si si se engancha en un ganchito. Entonces uno con su movimiento hacia delante se corta un dedo. Para sacar el dedo se tiene que sacar el anillo. Esto duele, duele, duele, duele, duele muchísimo. Uno mira el anillo ya extraído, y lo lanza con bronca, hasta que lo ve irse, se da cuenta que lo quería mas que nada, y que ahora mas que el dedo sangrando le importa el anillo que cae en el corazón de la manzana, y ahora querido anda a fijarte en que casa tenés que ir a tocar timbre y con que excusa. “Hola si, soy un tarado que acaba de tirar un anillo por los aires ¿Me podría fijar en su jardín si está?”
K sabe que este no es un procedimiento posible. Digamos, es posible, pero es penoso. A K. lo que le pasó fue que estaba colgando la ropa en la terraza y el ganchito el anillo, agacharse para agarrar la ropa y ay que me duele anillo de mierda y uy mande el anillo que tanto quería al jardín de algún vecino y andá a encontrarlo.
Pero por mas penoso que pueda ser el ir casa por casa buscando el anillo, es la conquista del mundo de la que estamos hablando. Sin anillo no hay confianza súper maléfica de malvado cerebro, de archí villano, de administrador de empresas (incluso cuando las clases de la carrera igual alcanzan para ser bastante maligno, pero falta el anillo che, el anillo).
Después de meditarlo un poco, K. se dio cuenta de que esta era una magnifica oportunidad para ir ejecutando su plan en el barrio. Además -K. se dijo- la mayoría son edificios, nada mejor que hablar con los porteros para diseminar las palabras.Voy saltearme las charlas en las propiedades donde no se encontraba el anillo, porque todas se parecen a la anécdota que ocurrió en el edificio en el que si se encontraba, y en todo caso también les puedo decir que no me da la gana contarles, etc, etc.
Entró K. al edificio, y pidió por el portero, quién terminó siendo un tal Roland Sánchez. Entablaron una tranquila charla de cómo la gente anda con sus perros, y que la mierda, que nadie se fija quien es el que limpia la vereda todos los días. K. lograba con sus prolijísimos lugares comunes acribillar la mente de este pobre e indefenso portero: si, que macana; la verdad que habría que multarlos; la gente es así; hay que poner mano dura; así estamos.
-Roland ¿Usted por casualidad no vió un anillo en el jardín del edificio?
-¿Un anillo dice? Hmmm no que yo me acuerde no. Hace poco pregunta ¿no?
-Bueno, no en realidad le pregunto, digamos, de hace 5 meses atrás.
-Ahhhhhhhh, mire, una señorita muy guapa que vive en este edificio, una tal Romina, encontró un anillo y me lo dio. Lo guarde acá por si alguien lo reclamaba, pero como no vino nadie, se lo di para que se lo quede. - ¿Y a usted le molestaría decirme en que departamento vive Romina?
Roland le dio el departamento de Romina y algunos otros particulares que un portero amigo siempre esta listo a facilitar cuando el tipo es simpático y parece que a Romina le hace falta un novio porque siempre saluda malhumorada y con cara de mala noche.
Riiiiiiiing.
-Hola ¿Romina?
-Si ¿Quién habla?
-Mi nombre es K. vivo en un edificio de la manzana. Estoy buscando un anillo que accidentalmente cayó en el jardín. Roland, el portero, me dijo que vos encontraste uno.
-Hmmmm, si. Mirá, no suelo abrirle la puerta a extraños, así que si no te molesta prefiero ir al bar de la esquina y tomamos un café y vemos si era tu anillo.
-Si, si, me parece mas que lógico que no le abras la puerta a cualquiera. Las cosas en el país no están como para darse esos lujos. Mucha inseguridad. Yo me voy para el café, te espero ahí. Muchuak.

Escapando de los zombis

El Manco y S. estaban discutiendo posibles planes para entrar en el Kastillo, cuando vienen Cuatrojos y El Tuerto para avisarles que se acercan unos zombis y que parecen haber descubierto la guarida. De esto se dieron cuenta porque los otros andaban diciendo "ahí en el bar, esta vez los vamos a agarrar".
Acabo de decidir que dos de los que había pasado por alto en el anterior capitulo de S. si van a ser trascendentes en la historia. Y sin mas que mas, he aquí las presentaciones. El Tuerto no presenta demasiados misterios, es obvio, tiene un solo ojo, el otro se lo sacaron, por ende: Tuerto, el artículo "El" se debe a que no hay otro. Simple lógico y altamente asumible, El Tuerto. Con Cuatrojos la cuestión es quizás un poco menos obvia. Cuatrojos tiene tres ojos, es el que ya habíamos explicado que junto con el tuerto lograban confirmar aquel viejo dicho: Incluso con el tuerto se pueden sumar cuatro ojos. ¿Por qué Cuatrojos entonces? Cuatrochi –para los amigos- tiene en uno de sus ojos un pequeño problema óptico, que para corregirlo y ver correctamente usa un monóculo. Y el resto es simplemente gente que pasa demasiado tiempo junta y el desarrollo de apodos correspondientes.
Los zombis se acercaban, acechaban la guarida de nuestros queridos protagonistas.
-¿Tienen todos sus Tamagochis listos?
-¿Tamagochis? ¿y eso para que?
-La industria cultural tiene el mismo efecto que la comida que en Europa le dan a las vacas tiene sobre estas...les deja el cerebro esponjoso
-Pero ¿y eso que tiene que ver con los Tamagochis?
-Bueno, muy lógico, K. se concertó tanto en hacer moldeables las mentes de todos que todos los que cayeron, también cayeron a cuanta moda se imponía. K. está detrás de cada una de las modas de la década de los '90. El es el jefe de los productores de New Kids On The Block hasta Mambrú, pasando por Jessica Simpson, N'sync y David Bisbal. Cuando a los zombis les tiras un Tamagochi, si les pegas en la cabeza podés tener la suerte de noquearlos, y sino se van a quedar jugando con el Tamagochi.
El Manco, S. y los demás se prepararon para el combate. Mas bien para la huida, porque la idea era tirarle los tamagochis a los zombis y después salir corriendo, sin dejar el mas mínimo rastro de que hayan estado ahí. S. recordó que su Tamagochi tenia la información sobre K., y no quería que ellos supieran que la tenían, entonces le sacó el chip de su Tamagochi.
Salieron por un callejón que era lo suficientemente largo como para darles tiempo a correr y a que los Tamagochis hicieran su efecto sobre los Zombis (si estaban demasiado cerca, los zombis se concentraban mas en su victima que en el Tamagochi, por eso se deduce la conocida le marketinera "El Tamagochi es proporcionalmente efectivo a la distancia desde la que se lo trae", lanza en este caso).
Un zombi los vió y salió a su encuentro. El Manco lanzó su Tamagochi. Blanco perfecto, directo a la frente. Cuando los demás zombis atacaron, El Tuerto y Cuatrojos entraron en acción. Con una efectividad un tanto mas variada que la del Manco fueron reduciendo a la tropa de zombis que los acechaban. El Tuerto claro, tiene un problema para medir la profundidad, así que la mayoría de sus Tamagochis terminaban o muy lejos de el y de los zombis o demasiado cerca de el y muy lejos de los zombis. Con Cuatrojos la cosa era distinta, porque cuando con su monóculo el podía ver espléndidamente bien, exquisitamente bien. Por eso el era un snob del lanzamiento, un fanático del pool, del billar y del mini golf. por eso sus tiros siempre eran extravagantes, incluso en el mas inminente peligro.
Se habían desecho de todos.
Sin entender como, un zombi se les apareció por el costado. S. le lanzó su Tamagochi, el cual el zombi capturo en el aire, con el mas grande deseo de jugar un rato con una hermosa mascota digital. Pero no prendía. El zombi enfurecido se lanzó sobre S. dispuesto a despedazarla, debido a la indignación de haber sido engañado con un Tamagochi defectuoso. Pero los rápidos reflejos del Manco la salvaron a ese, ya que este lanzó un Tamagochi justo en la frente del zombi. Este cayó inconsciente a los pies de S.
Nuestros héroes escaparon corriendo por el callejón.
El Manco se dio vuelta y dijo:-"¡Muchuak idiotas!"

Thursday, August 31, 2006

El sueño de K.

Mira su mano y ahí esta. Ahí había estado siempre, su querido anillo. Lo mira con una alegría inconfundible. Es una alegría ingenua, de esas que uno se permite si sabe que nadie lo esta mirando (y de esto siempre se va a preocupar un archí-villano, no vaya a ser que quede como un Teletubie o un Barney enfrente de sus secuaces, eso le haría perder toda credibilidad de malvado cerebro).
El sueño de K. no consistió en nada mas que esto, él mirando maravillado su mano donde estaba el anillo que él tanto quería. Bueno, seguramente consistió de un montón de otros elementos, pero de esto relatado era lo que K. recordó al despertarse y de nada mas. K. despertó del sueño totalmente feliz, casi como sin ganas de conquistar al mundo, y habríamos sido todos muy felices si no fuera porque al despabilarse se miró la mano, el anillo no estaba. La decepción no fue inmediata. En un principio K. estaba absolutamente confundido porque recordaba el anillo pero a la vez no lo recordaba. Mas precisamente, lo recordaba, pero no lo sentía ausente. K. estaba impregnado de su sueño, y su sueño había estado impregnada con la presencia del anillo.
Con respecto al anillo. No era mas que un cilindro metálico con unos patrones que no respondían a ningún patrón. Una cosa bonita, pero mas allá de su valor estético, este anillo le significaba algo a K. Con él K. siempre se sintió poderoso. Se le metió en la cabeza que para poder dominar al mundo iba a tener que recuperar ese anillo. Cueste lo que cueste, ese anillo tenía que ser suyo.

Tuesday, August 29, 2006

Zombis, Tamagochis y la resistencia

Había logrado escapar de la vista de los secuaces de K. Cansada de tanto pedalear, la teníamos a S. apoyada sobre una pared. Ahora paremos el reloj, paremos el tiempo y la cadena de acciones, observemos esta imagen un rato. En medio del inminente peligro, consigue un momento de tranquilidad, algo así como encontrar una flor en el medio de la nieve, si bien yo en realidad creería que es mas acertado compararla con encontrar un pedazo de nieve entre muchas flores, pero no voy a ahondar en el tema ahora. Entonces tenemos un rostro cansado, estresado pero relajado y obviamente distraído. Tiene las manos en sus bolsillos. Juguetea con el contenido y en ese instante congelado está sosteniendo el Tamagochi. S. está totalmente indefensa.
Se libera el reloj, el tiempo y la cadena de acciones...
Al apoyarse sobre la puerta del bar, una mano agarró a S. del hombro y la metió adentro. La puerta se abrió y cerró tan velozmente, que si uno hubiera estado observando a S en ese momento, con sólo parpadear habría pensado que ella había desaparecido.
¿Qué podíamos encontrar adentro? Es difícil dar una respuesta satisfactoria a esa pregunta. Si nos ponemos en la perspectiva de S., lo que podemos decir es que nos encontramos en una total oscuridad, con un sinnúmero de rostros grises iluminados por el doble de ojos que la miran desconfiados (quizás no sean exactamente el doble, puede que haya algún tuerto o un cíclope, pero también cabe la posibilidad de que haya alguien con tres ojos, así que quién-te-dice).
Ahora desde mi perspectiva les puedo decir, S. había caído en manos de la resistencia. Caído-en-manos-de suena mal, pero lo decía en un sentido mas bien literal. Cuando se apoyo contra la pared para descansar la agarraron con las manos y con el tirón hacia adentro, la sentaron de culo en el piso...había caído. El sinnúmero de rostros en realidad eran digamos que cinco, y en efecto había un tuerto y otro con tres ojos, así que si diez ojos la habían mirado con desconfianza. El que mas importa era el mas inteligente de la brigada, un tal Ernesto, que a S. le había parecido recordarlo de algún lugar, sentía como si había visto su cara un millón de veces antes. Este le dijo que prefería ser llamado El Manco, a lo que S. miró un tanto confundida ya que tenia ambas manos. El Manco notó la expresión en la cara de S. y le explico que seguramente le iban a terminar cortando las manos. Los otros cuatro no tenían nada para señalar, mas que el tuerto y el de los tres ojos, que eran la confirmación del viejo dicho: Incluso con el tuerto se pueden sumar cuatro ojos.
El Manco le contó a S. quienes eran y que es lo que hacían, que la venían siguiendo de hace un rato, que sabían lo que estaba haciendo, y que el que le había dicho "quien sos vos cuatro ojos" es un poco lento y nunca esta al tanto de lo que está pasando.
-¿Entonces ustedes saben de mi Tamagochi?
-Sabemos que llevas algo... algo que puede derrotar a K. y su maléfico plan para conquistar el mundo.
- Es un chip que me robe cuando trabajaba en una de sus oficinas, y tiene archivos con conversaciones enteras por MSN en las que K. explica su plan.
-¿Por qué andaba K. explicando su plan por chat?
-Es que estaba tratando de seducirme
-¡Qué idiota!
Ahora que S. estaba en contacto con la resistencia sentía que las probabilidades de derrotar a K. eran mayores, si bien no eran un equipo SWAT, tampoco eran la bonaerense.
-Pero ¿cómo vamos a adentrarnos en la coronación de K. antes de que la ceremonia termine? ¿cómo vamos a desenmascarar su plan?
-No lo sé, no lo sé, tenemos que idear una manera de ser considerados unos zombis mas...
-¿Zombis?
- Si, si, es como les decimos a los secuaces de K. Pero antes que planear el asalto al Kastillo, dejame hacer una copia de los archivos que llevas en tu Tamagochi, así de paso revisamos la información a ver si encontramos algo que nos ayude.El Manco revisa las conversaciones del chat. Piensa para el mismo: "¿Qué carajo quiere decir muchuak?"

Saturday, August 19, 2006

El taxi

Si uno fuera un malvado cerebro y buscara el éxito de un plan como el de K. uno supondría que este tendría que empezar por lugares con una circulación masiva. Esta no sería una mala manera de aproximarse al objetivo, en lo absoluto. Digamos, si uno esta buscando masificar el uso de ciertos vocablos, la mejor manera es usarlos en lugares donde miles de personas transitan, como un colectivo, o una estación de tren o claro el tren mismo. Tendríamos razón, si no fuera que nos olvidamos de un detalle: no somos cerebros malvados. Todo esto asumiendo que ninguno de ustedes estimados lectores hayan pensado lo contrario. Es que los cerebros malvados son muy sutiles. Terriblemente sutiles. Es por esto que no gustan de lugares públicos, donde la infinidad de variables no les dejan controlar a gusto la situación.
El taxi, ese si que es un lugar espléndido. Piensen que en un taxi uno no solo puede terminar dominando la mente del taxista, sino que se asegura de que, siendo inevitable que un taxista le hable a su pasajero, este le pasará la información al siguiente. Es un proceso lento. K. cuidadosamente se asegura de no repetir al mismo taxista a menos de que no haya logrado su cometido en el primer intento.
Ahora, el problema reside en esto, como ya explique anteriormente, la nave insignia del maléfico plan de K. es "muchuak". Ahora... no veo a ninguno de ustedes saludando a su taxista amigo de una manera parecida siquiera. Claro que una de las tantas veces que K. estaba haciendo de las suyas, al subirse al taxi nota que el conductor era mujer, y una muy atractiva para su gusto. Claro esta que como buen estudiante de administración de empresas le pidió el teléfono la dirección, la invito a salir, pero no sin olvidarse de su plan. Al bajarse del taxi le dijo: "Nos vemos el viernes, muchuak".
Habiendo dicho todo esto volvemos a la mañana en que K. salía para su trabajo. K. caminó para la avenida y paró un taxi. Al subirse K. se dió cuenta de que no tenía una estrategia y además no había pensado en una frase para plantar en la mente de aquel taxista. Entonces se dijo que debía recurrir al uso de la mas segura de sus invenciones: Muchuak. Pero como expliqué anteriormente, cuando en una conversación con un desconocido uno usa siquiera algo parecido a dicha palabra.
En el accionar de quienes quieren conquistar al mundo no hay lugar para los errores, no hay lugar para dudar. Adentro de un taxi tampoco. K. subió dubitativo, algo nervioso y esto claramente lo pudo notar el taxista. K. sabe que a los taxistas no les gustan los pasajeros nerviosos, porque son mala charla, están siempre apurados o les terminan tratando de afanar. Entonces K. trató de hablar. Escupió un par de palabras que ni yo llegué a entender y se volvió a callar.
Respiró hondo y se tranquilizó. Entendió que podía sacar a relucir unos cuantos lugares comunes. Aprovechó toda esa escena de nerviosismo anterior para con un suspiro largar la frase: " Si seguimos así, este país se va a ir a la mierda." La charla fácil le iba a dar tiempo para pensar en algo, y mientras tanto, podía ir ablandando el terreno con su tradicional artillería de lugares comunes.
La charla surcó toda la amplia gama de tópicos que suelen tocarse. Si la verdad que es todo culpa de la inmigración; lo que pasa es que la juventud no es como nosotros que éramos verdaderos laburantes; si, yo lo voté, pero la próxima elección voy a votar a este otro que promete. Y a K. se le acababa el tiempo. Ya se aproximaba a su trabajo y todavía no había plantado bandera en la mente de este taxista -Roberto de nombre Nicolás de apellido- cuando de repente metió la mano en su bolsillo y encontró su celular.
Atendió esa llamada que no estaba recibiendo, y arrancó con una desagradable sarta de empladagocidades
-Hola bichito, ¿cómo andas mi amor?
-Si, yo también te amo
-¿Hoy vamos al cine no?
-Buenísimo, bueno mi amor te dejo que estoy llegando al laburo. Besitos, muchuak.
Lo había logrado. El taxista Roberto al escuchar esta ultima palabra, puso cara de a-mira-vos-lo-que-es-nuevo, y se quedó pensando. K. podía leer en los labios de su conductor -los que se reflejaban en el espejito retrovisor- que pronunciaba en voz baja una y otra vez...muchuak.

Wednesday, August 09, 2006

La bicicleta

Empujó al chico que iba en la bicicleta. No había tiempo para pedir permiso, es el futuro del mundo del que estamos hablando. Del mundo libre y hermoso como lo conocemos. S. pedaleaba a toda velocidad. El pobre chico se había quedado tirado en el piso atónito, gritando: “se llevan mi bicicleta, así esta el país, negros de mierda...” y siguió con toda la orquesta de lugares comunes. Años de accionar de K., años llevando acabo su plan estaban apunto de lograrlo. Por eso S. sabía que tenía que actuar, no había tiempo para pedir permiso ni por favor, después le enviaría una carta diciendo gracias.
Pedaleó y pedaleó. Pedaleó toda la noche, sin parar. Tenía que llegar antes de que la ceremonia sea llevada acabo. Si nadie llegaba a mostrar los videos que mostraban a K. hablando de su macabro plan, lo coronarían Rey y Emperador Absoluto del Mundo.
Lo que a S. todavía le cuesta entender es como no parece haber nadie mas que ella que vea todo tan claro. ‘Todos están realmente bajo el hechizo de K. Además... ¿Muchuak? que clase de idiotas podrían tener el cerebro tan lavado como para usar esa palabra. Por suerte al idiota este de K. no se le ocurrió poner en su arsenal de palabras a plantar en el imaginario social la palabra “cochi”. Eso si que habría sido indignante ¡que palabra estúpida!...’. Pensaba esto mientras pedaleaba a toda velocidad.
No podía frenar, aunque estaba cansadísima. Pero sabía que si frenaba los secuaces de K. -para este momento él ya tenía varios, que se ocupaban del trabajo sucio, el ahora era sólo una cara bonita, la mente macabra detrás de todo esto- la detendrían.
K. se había enterado de que S. no había caído bajo sus influencias un mes atrás, cuando ella se lo cruzó. Se puso tan nerviosa pensando en la cosa mas estúpida para decir y no levantar sospechas, que terminó diciendo algo totalmente elocuente. Esa vez se había escapado milagrosamente entre la multitud. Al amanecer sin poder dar una pedaleada mas se metió en un bar. Era imperativo descansar sus piernas, estaba exhausta, acababa de pedalear toda la noche.
-Mas les vale que cuando termine de salvar al mundo nadie se le ocurra usar el Muchuak...

Entrélogo

Había querido empezar esto -no se que es esto así que lo voy a seguir llamando esto mientras necesite referirme a esto- con un prologo, pero no se me ocurrió que escribir, entonces decidí que no iba a tener un prólogo. Después de escribir el anterior capitulo me di cuenta de que esto necesitaba un prologo. Para ser un prólogo debería ir antes del anterior capitulo. No está al final de esto, pienso seguir escribiendo un rato: no es un epílogo. No es pro ni epi ¿será logo a secas? No, el logo es la historia misma, y esto definitivamente no es parte de la historia misma. Entonces ...¿qué? Un entrélogo.
Sigo sin tener nada para decir en un prólogo que no esta al principio sino entre así que un entrélogo, por lo que esto será todo lo que les digo, con la advertencia de que tal vez, muy probablemente, hayan mas entrélogos -espero que mas ricos en sustancia-.