El retrato de un perfecto villano
Sentado en su bañadera, K. disfruta de un baño de leche. Le grita a sus lacayos. Vocifera ordenes de una manera napoleónica. Lo cierto es que K. ni siquiera es petiso como para tener la necesidad de ser napoleónico. Su mirada es siempre maliciosa, muy apropiada para un perfecto villano, pero lo cierto es que K. no es muy creativo. Dominar el mundo, un baño de leche, abusa de su sequito... y bueno ¿qué esperaban de un Administrador de Empresas? ¿Originalidad?
Así es como K. disfrutaba de los instantes previos a su coronación como Rey y Emperador Absoluto del Mundo.
Y el villano silba y silba. Silba una cancion de victoria.
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