(Posible final)
¡Muerte al kitsch! ¡Viva la mierda! ¡Viva la vida!
Usar la noche como protección de las miradas furtivas del enemigo y además vestirse de negro para aprovechar al máximo este accidente de la naturaleza es un terrible cliché. A nuestros héroes no se les escapó esto, y actuaron en consecuencia. A plena luz del día, vestidos de pies a cabeza de blanco, recién bañados con jabón blanco y habiendo tomado un reglamentario vaso de leche.
Tal vez sea que milan julio y julio fueran amigos, pero todos juntos en el mayo francés en Praga, y tal vez sea que los temas de julio y milan sean totalmente coincidentes, pero ay, porque su estetica tan dialecticametne opuesta que me hace ir y venir de la perfecta simpleza al perfecto ornamento. Los dos con esteticas tan opuestas pero con los mismos planteos existenciales, tan importantes en lo que hace al conocimiento de la novela según Milan, pero entonces tan iguales que tan distintos. Y es que me hacen ir y venir, ir y venir, venir venir ir ir, o sea no vengo ni estoy yendo, pero si en constante movimiento.
Sentado en su bañadera, K. disfruta de un baño de leche. Le grita a sus lacayos. Vocifera ordenes de una manera napoleónica. Lo cierto es que K. ni siquiera es petiso como para tener la necesidad de ser napoleónico. Su mirada es siempre maliciosa, muy apropiada para un perfecto villano, pero lo cierto es que K. no es muy creativo. Dominar el mundo, un baño de leche, abusa de su sequito... y bueno ¿qué esperaban de un Administrador de Empresas? ¿Originalidad?
Porque en parte los quiero un poco mucho por haber fallado tan miserablemente en su intento, por eso entonces quiero adoptar algunos métodos surrealistas. Entonces es que agarro todos los nombres de los capítulos, hago una lista, y después corto cada uno de sus nombres. Los tiro al aire, después los meto en una bolsa y ahí empiezo. Uno por uno a sacar los nombres y a ver en que orden quedan en la novela los capítulos. Pero como lo que sale no me gusta lo vuelvo a hacer un sin fin de veces, hasta que me queda tal cual lo quería. Y así presento mi pequeño tributo a los surrealistas, torciendo sus métodos hasta lograr la aleatoriedad deseada. Al igual que ellos.