Muchuak?

Thursday, August 31, 2006

El sueño de K.

Mira su mano y ahí esta. Ahí había estado siempre, su querido anillo. Lo mira con una alegría inconfundible. Es una alegría ingenua, de esas que uno se permite si sabe que nadie lo esta mirando (y de esto siempre se va a preocupar un archí-villano, no vaya a ser que quede como un Teletubie o un Barney enfrente de sus secuaces, eso le haría perder toda credibilidad de malvado cerebro).
El sueño de K. no consistió en nada mas que esto, él mirando maravillado su mano donde estaba el anillo que él tanto quería. Bueno, seguramente consistió de un montón de otros elementos, pero de esto relatado era lo que K. recordó al despertarse y de nada mas. K. despertó del sueño totalmente feliz, casi como sin ganas de conquistar al mundo, y habríamos sido todos muy felices si no fuera porque al despabilarse se miró la mano, el anillo no estaba. La decepción no fue inmediata. En un principio K. estaba absolutamente confundido porque recordaba el anillo pero a la vez no lo recordaba. Mas precisamente, lo recordaba, pero no lo sentía ausente. K. estaba impregnado de su sueño, y su sueño había estado impregnada con la presencia del anillo.
Con respecto al anillo. No era mas que un cilindro metálico con unos patrones que no respondían a ningún patrón. Una cosa bonita, pero mas allá de su valor estético, este anillo le significaba algo a K. Con él K. siempre se sintió poderoso. Se le metió en la cabeza que para poder dominar al mundo iba a tener que recuperar ese anillo. Cueste lo que cueste, ese anillo tenía que ser suyo.

Tuesday, August 29, 2006

Zombis, Tamagochis y la resistencia

Había logrado escapar de la vista de los secuaces de K. Cansada de tanto pedalear, la teníamos a S. apoyada sobre una pared. Ahora paremos el reloj, paremos el tiempo y la cadena de acciones, observemos esta imagen un rato. En medio del inminente peligro, consigue un momento de tranquilidad, algo así como encontrar una flor en el medio de la nieve, si bien yo en realidad creería que es mas acertado compararla con encontrar un pedazo de nieve entre muchas flores, pero no voy a ahondar en el tema ahora. Entonces tenemos un rostro cansado, estresado pero relajado y obviamente distraído. Tiene las manos en sus bolsillos. Juguetea con el contenido y en ese instante congelado está sosteniendo el Tamagochi. S. está totalmente indefensa.
Se libera el reloj, el tiempo y la cadena de acciones...
Al apoyarse sobre la puerta del bar, una mano agarró a S. del hombro y la metió adentro. La puerta se abrió y cerró tan velozmente, que si uno hubiera estado observando a S en ese momento, con sólo parpadear habría pensado que ella había desaparecido.
¿Qué podíamos encontrar adentro? Es difícil dar una respuesta satisfactoria a esa pregunta. Si nos ponemos en la perspectiva de S., lo que podemos decir es que nos encontramos en una total oscuridad, con un sinnúmero de rostros grises iluminados por el doble de ojos que la miran desconfiados (quizás no sean exactamente el doble, puede que haya algún tuerto o un cíclope, pero también cabe la posibilidad de que haya alguien con tres ojos, así que quién-te-dice).
Ahora desde mi perspectiva les puedo decir, S. había caído en manos de la resistencia. Caído-en-manos-de suena mal, pero lo decía en un sentido mas bien literal. Cuando se apoyo contra la pared para descansar la agarraron con las manos y con el tirón hacia adentro, la sentaron de culo en el piso...había caído. El sinnúmero de rostros en realidad eran digamos que cinco, y en efecto había un tuerto y otro con tres ojos, así que si diez ojos la habían mirado con desconfianza. El que mas importa era el mas inteligente de la brigada, un tal Ernesto, que a S. le había parecido recordarlo de algún lugar, sentía como si había visto su cara un millón de veces antes. Este le dijo que prefería ser llamado El Manco, a lo que S. miró un tanto confundida ya que tenia ambas manos. El Manco notó la expresión en la cara de S. y le explico que seguramente le iban a terminar cortando las manos. Los otros cuatro no tenían nada para señalar, mas que el tuerto y el de los tres ojos, que eran la confirmación del viejo dicho: Incluso con el tuerto se pueden sumar cuatro ojos.
El Manco le contó a S. quienes eran y que es lo que hacían, que la venían siguiendo de hace un rato, que sabían lo que estaba haciendo, y que el que le había dicho "quien sos vos cuatro ojos" es un poco lento y nunca esta al tanto de lo que está pasando.
-¿Entonces ustedes saben de mi Tamagochi?
-Sabemos que llevas algo... algo que puede derrotar a K. y su maléfico plan para conquistar el mundo.
- Es un chip que me robe cuando trabajaba en una de sus oficinas, y tiene archivos con conversaciones enteras por MSN en las que K. explica su plan.
-¿Por qué andaba K. explicando su plan por chat?
-Es que estaba tratando de seducirme
-¡Qué idiota!
Ahora que S. estaba en contacto con la resistencia sentía que las probabilidades de derrotar a K. eran mayores, si bien no eran un equipo SWAT, tampoco eran la bonaerense.
-Pero ¿cómo vamos a adentrarnos en la coronación de K. antes de que la ceremonia termine? ¿cómo vamos a desenmascarar su plan?
-No lo sé, no lo sé, tenemos que idear una manera de ser considerados unos zombis mas...
-¿Zombis?
- Si, si, es como les decimos a los secuaces de K. Pero antes que planear el asalto al Kastillo, dejame hacer una copia de los archivos que llevas en tu Tamagochi, así de paso revisamos la información a ver si encontramos algo que nos ayude.El Manco revisa las conversaciones del chat. Piensa para el mismo: "¿Qué carajo quiere decir muchuak?"

Saturday, August 19, 2006

El taxi

Si uno fuera un malvado cerebro y buscara el éxito de un plan como el de K. uno supondría que este tendría que empezar por lugares con una circulación masiva. Esta no sería una mala manera de aproximarse al objetivo, en lo absoluto. Digamos, si uno esta buscando masificar el uso de ciertos vocablos, la mejor manera es usarlos en lugares donde miles de personas transitan, como un colectivo, o una estación de tren o claro el tren mismo. Tendríamos razón, si no fuera que nos olvidamos de un detalle: no somos cerebros malvados. Todo esto asumiendo que ninguno de ustedes estimados lectores hayan pensado lo contrario. Es que los cerebros malvados son muy sutiles. Terriblemente sutiles. Es por esto que no gustan de lugares públicos, donde la infinidad de variables no les dejan controlar a gusto la situación.
El taxi, ese si que es un lugar espléndido. Piensen que en un taxi uno no solo puede terminar dominando la mente del taxista, sino que se asegura de que, siendo inevitable que un taxista le hable a su pasajero, este le pasará la información al siguiente. Es un proceso lento. K. cuidadosamente se asegura de no repetir al mismo taxista a menos de que no haya logrado su cometido en el primer intento.
Ahora, el problema reside en esto, como ya explique anteriormente, la nave insignia del maléfico plan de K. es "muchuak". Ahora... no veo a ninguno de ustedes saludando a su taxista amigo de una manera parecida siquiera. Claro que una de las tantas veces que K. estaba haciendo de las suyas, al subirse al taxi nota que el conductor era mujer, y una muy atractiva para su gusto. Claro esta que como buen estudiante de administración de empresas le pidió el teléfono la dirección, la invito a salir, pero no sin olvidarse de su plan. Al bajarse del taxi le dijo: "Nos vemos el viernes, muchuak".
Habiendo dicho todo esto volvemos a la mañana en que K. salía para su trabajo. K. caminó para la avenida y paró un taxi. Al subirse K. se dió cuenta de que no tenía una estrategia y además no había pensado en una frase para plantar en la mente de aquel taxista. Entonces se dijo que debía recurrir al uso de la mas segura de sus invenciones: Muchuak. Pero como expliqué anteriormente, cuando en una conversación con un desconocido uno usa siquiera algo parecido a dicha palabra.
En el accionar de quienes quieren conquistar al mundo no hay lugar para los errores, no hay lugar para dudar. Adentro de un taxi tampoco. K. subió dubitativo, algo nervioso y esto claramente lo pudo notar el taxista. K. sabe que a los taxistas no les gustan los pasajeros nerviosos, porque son mala charla, están siempre apurados o les terminan tratando de afanar. Entonces K. trató de hablar. Escupió un par de palabras que ni yo llegué a entender y se volvió a callar.
Respiró hondo y se tranquilizó. Entendió que podía sacar a relucir unos cuantos lugares comunes. Aprovechó toda esa escena de nerviosismo anterior para con un suspiro largar la frase: " Si seguimos así, este país se va a ir a la mierda." La charla fácil le iba a dar tiempo para pensar en algo, y mientras tanto, podía ir ablandando el terreno con su tradicional artillería de lugares comunes.
La charla surcó toda la amplia gama de tópicos que suelen tocarse. Si la verdad que es todo culpa de la inmigración; lo que pasa es que la juventud no es como nosotros que éramos verdaderos laburantes; si, yo lo voté, pero la próxima elección voy a votar a este otro que promete. Y a K. se le acababa el tiempo. Ya se aproximaba a su trabajo y todavía no había plantado bandera en la mente de este taxista -Roberto de nombre Nicolás de apellido- cuando de repente metió la mano en su bolsillo y encontró su celular.
Atendió esa llamada que no estaba recibiendo, y arrancó con una desagradable sarta de empladagocidades
-Hola bichito, ¿cómo andas mi amor?
-Si, yo también te amo
-¿Hoy vamos al cine no?
-Buenísimo, bueno mi amor te dejo que estoy llegando al laburo. Besitos, muchuak.
Lo había logrado. El taxista Roberto al escuchar esta ultima palabra, puso cara de a-mira-vos-lo-que-es-nuevo, y se quedó pensando. K. podía leer en los labios de su conductor -los que se reflejaban en el espejito retrovisor- que pronunciaba en voz baja una y otra vez...muchuak.

Wednesday, August 09, 2006

La bicicleta

Empujó al chico que iba en la bicicleta. No había tiempo para pedir permiso, es el futuro del mundo del que estamos hablando. Del mundo libre y hermoso como lo conocemos. S. pedaleaba a toda velocidad. El pobre chico se había quedado tirado en el piso atónito, gritando: “se llevan mi bicicleta, así esta el país, negros de mierda...” y siguió con toda la orquesta de lugares comunes. Años de accionar de K., años llevando acabo su plan estaban apunto de lograrlo. Por eso S. sabía que tenía que actuar, no había tiempo para pedir permiso ni por favor, después le enviaría una carta diciendo gracias.
Pedaleó y pedaleó. Pedaleó toda la noche, sin parar. Tenía que llegar antes de que la ceremonia sea llevada acabo. Si nadie llegaba a mostrar los videos que mostraban a K. hablando de su macabro plan, lo coronarían Rey y Emperador Absoluto del Mundo.
Lo que a S. todavía le cuesta entender es como no parece haber nadie mas que ella que vea todo tan claro. ‘Todos están realmente bajo el hechizo de K. Además... ¿Muchuak? que clase de idiotas podrían tener el cerebro tan lavado como para usar esa palabra. Por suerte al idiota este de K. no se le ocurrió poner en su arsenal de palabras a plantar en el imaginario social la palabra “cochi”. Eso si que habría sido indignante ¡que palabra estúpida!...’. Pensaba esto mientras pedaleaba a toda velocidad.
No podía frenar, aunque estaba cansadísima. Pero sabía que si frenaba los secuaces de K. -para este momento él ya tenía varios, que se ocupaban del trabajo sucio, el ahora era sólo una cara bonita, la mente macabra detrás de todo esto- la detendrían.
K. se había enterado de que S. no había caído bajo sus influencias un mes atrás, cuando ella se lo cruzó. Se puso tan nerviosa pensando en la cosa mas estúpida para decir y no levantar sospechas, que terminó diciendo algo totalmente elocuente. Esa vez se había escapado milagrosamente entre la multitud. Al amanecer sin poder dar una pedaleada mas se metió en un bar. Era imperativo descansar sus piernas, estaba exhausta, acababa de pedalear toda la noche.
-Mas les vale que cuando termine de salvar al mundo nadie se le ocurra usar el Muchuak...

Entrélogo

Había querido empezar esto -no se que es esto así que lo voy a seguir llamando esto mientras necesite referirme a esto- con un prologo, pero no se me ocurrió que escribir, entonces decidí que no iba a tener un prólogo. Después de escribir el anterior capitulo me di cuenta de que esto necesitaba un prologo. Para ser un prólogo debería ir antes del anterior capitulo. No está al final de esto, pienso seguir escribiendo un rato: no es un epílogo. No es pro ni epi ¿será logo a secas? No, el logo es la historia misma, y esto definitivamente no es parte de la historia misma. Entonces ...¿qué? Un entrélogo.
Sigo sin tener nada para decir en un prólogo que no esta al principio sino entre así que un entrélogo, por lo que esto será todo lo que les digo, con la advertencia de que tal vez, muy probablemente, hayan mas entrélogos -espero que mas ricos en sustancia-.

Tuesday, August 08, 2006

Toda historia tiene un comienzo

K. se despertó como todos los días que no seguía durmiendo, o digamos, a diferencia del día en que murió. Pero de este último día no nos interesa hablar por ahora, y creo que ni en toda la historia, ya que no creo matarlo por un tiempo(durante el de la historia en todo caso). Pero estábamos con K. despertándose. No tiene grandes atributos, ni físicos, ni mentales. Pero tiene un plan. Y cada día al levantarse de su cama (si si, sólo los días que se despierta, no los que sigue durmiendo, en esos no piensa) su plan es todo lo que respira.
Sobre el plan en sí. Tengamos en mente que K. es una persona con muchísimo tiempo libre, y el tiempo libre como el alcohol, las drogas, las novias, etc., hace mal en grandes cantidades (los que hayan ingerido grandes cantidades de drogas y/o alcohol quizás no tengan una idea tan clara, pero los que han tenido mas de una novia, a la vez claro, sabrán seguramente de que hablo). K. estudiaba Administración de Empresas, y todos sabemos que los administradores de empresas quieren conquistar el mundo. Eso esta claro. Entonces ahora sabemos: el plan de K. era conquistar el mundo. Pero ¿cómo? Muy fácil. La idea es simple, sencilla, hasta incluso regularmente brillante. Llenar la cabeza de la gente, moldear sus débiles percepciones con frases de su elección y lugares comunes. De esta manera los lugares comunes ablandarían las mentes para posteriormente dar lugar a la introducción de sus elegidas frases. Una vez terminado con esto K se volvería la persona mas popular del mundo, porque usaría perfectamente todas estas frases y los lugares comunes. Y esta claro que cuando una persona es la mas popular del mundo no hay nada que la pueda detener de conquistar al mundo.
Eso es el plan en líneas generales. Ahora volviendo a K. y su vida. Se lo podría acusar de chanta por tal plan que piensa a la noche, al levantarse y saborea durante todo el día. Pero acusarlo de chanta sería subestimarlo, ya que K. es muy aplicado, muy trabajador. Por eso, todas las mañanas cuando sale a trabajar, no descuida su plan, y en el mismo edificio donde vive lo pone en marcha. Saluda a su vecina Clara, y despliega todo su arsenal.
-Hola Clarita ¡¿qué tiempo de locos, eh?!- dispara con su primer lugar común, para ablandar el terreno.
-Si la verdad que si K...- le responde ella totalmente indefensa ante el macabro plan de ese villano escondido en el cuerpo de un prolijo estudiante de Administración, que como todos los conocedores sabemos, son oscuros personajes.
-Además con tantos paros, no es fácil llegar a tiempo al trabajo... y bueno, así está el país.
-Sssi...- titubea Clara, evidentemente afectada por las tácticas de K., y éste que ve su plan ir a la perfección, el terreno preparado, planta su frase:
- Bueno clarita, te dejo que sino no llego al trabajo, Muchuak...
Se va caminando habiendo dicho lo que tenía que decir. Se va caminando sin mirar atrás, porque sabe que su plan esta encaminado. Sólo 35 millones mas y la Argentina será suya. Solo 6 billones mas y el mundo estará a sus pies. Lo tiene todo calculado, sabe que es posible. Lo sabe y lo sabe bien, muy bien.
Entonces ¿eso es? ¿Muchuak? Si, ese es el emblema de su plan. Tengan miedo. Tengan mucho miedo. Muchuak...